[ Pobierz całość w formacie PDF ]

sónicos de Josala.
Pero después de muchos esfuerzos la punta del taladro por fin empezó a abrirse paso
a través de la superficie del glaciar y fue avanzando hacia sus profundidades.
 ¡Siete secciones!  gritó Stopa para hacerse oír por encima del estrépito del
taladro . Con este ángulo, vamos a necesitar siete secciones.
Josala agitó la mano para indicarle que le había oído y se dio la vuelta para coger la
sección siguiente de la plataforma. La sección pareció ondular debajo de sus dedos, y
Josala se apresuró a retirar la mano. Colocó el guante sobre la pared del hangar y
percibió una leve vibración. Fue entonces cuando comprendió que lo que había tomado
por temblores de su cuerpo era en realidad un continuo estremecerse de la cubierta del
vehículo de exploración, que estaba vibrando debajo de sus pies. El taladro había
empezado a rugir, como si sus anillos de fijación se hubieran desintegrado y los
lubricantes se hubieran convertido en una masa sólida que estaba siendo triturada por los
giros de la perforación.
 ¡Apágalo!  gritó, yendo hacia Stopa. Su compañero estaba inclinado sobre el
impulsor del taladro, con toda su atención concentrada en su lenta progresión .
¡Apágalo!
Stopa alzó la mirada hacia ella sin entender nada, y Josala alargó la mano hacia los
controles.
El cilindro del núcleo perforador se detuvo después de haber descrito un último giro,
pero ni la vibración ni el ruido cesaron. De hecho, ocurrió todo lo contrario: el ruido se
estaba intensificando, y los temblores se iban volviendo cada vez más violentos.
Con el miedo y la desesperación ardiendo ya en sus ojos mientras permanecían
inmóviles en el hangar del equipo, los dos levantaron la vista hacia el risco que se alzaba
detrás de ellos, el risco que habían sobrevolado hacía tan sólo unos minutos, aquel risco
que había parecido una enorme masa de algodón bañada por la luz del sol. Toda la parte
central del risco había quedado repentinamente oculta detrás de un muro de hielo y nieve
que avanzaba a gran velocidad, alargándose y trepando hacia el cielo a medida que se
aproximaba.
No había ninguna posibilidad de buscar refugio en ese cielo. La avalancha cayó sobre
ellos antes de que tuvieran tiempo de recordar la palabra. Arrastró el vehículo de
exploración por delante de ella con tanta facilidad como si fuera un juguete, llenando
todos sus huecos con sus dedos de nieve y envolviéndolo en la furiosa turbulencia del
remolino helado.
La loca embestida del torrente se fue frenando poco a poco y cuando por fin se detuvo
después de haber avanzado hasta más allá del centro del valle, había dos cadáveres más
enterrados en el hielo aguardando la llegada del Abismos de Penga.
 Lo primero que necesitamos es alguna manera de volver a encontrar este sitio, y
este pasadizo parece notablemente desprovisto de peculiaridades que puedan servir para
orientarnos  dijo Lando, volviendo a usar el desintegrador industrial para cortar un
pequeño triángulo de una esquina de la plataforma del equipo . ¿Dónde estaba nuestra
entrada? ¿Aquí?
 Más abajo  dijo Lobot . Ahí.
 Me alegra que estés tan seguro de ello  dijo Lando . He dado tantas vueltas que
he acabado totalmente desorientado.  Hizo un pequeño corte en el mamparo e introdujo
un lado del triángulo en él, y después lo mantuvo allí hasta que el mamparo volvió a
cerrarse a su alrededor. Después colocó la palma de la mano sobre el mamparo e intentó
arrancar el trocito de metal de la pared . Bueno, eso debería bastar para que no nos
perdamos.
Lobot fue hacia él con un trozo de cable en la mano.
 Quizá necesitemos más de un cartel indicador antes de que esto haya terminado 
dijo, metiendo el cable por uno de los orificios en forma de diamante y anudando los dos
extremos . Este nudo será nuestro primer punto de orientación. En el siguiente haremos
dos nudos.
 De acuerdo  dijo Lando, dando la espalda a la pared . Hay una cosa que se me
pasó por alto cuando hicimos el inventario. He quemado aproximadamente el sesenta por
ciento de mi propelente intentando llegar hasta aquí.
 A mí me queda un noventa y uno por ciento  dijo Lobot . Por desgracia, no hay
forma alguna de que podamos compartir mis reservas.
 Quizá acabes teniendo que llevarme a hombros, y eso sería una forma de
compartirlas  replicó Lando . ¿Qué tal andáis de masa de impulsión, Cetrespeó?
Erredós emitió un burbujeo electrónico, y Cetrespeó se encargó de traducirlo.
 Erredós dice que todavía dispone de unas reservas de propelente bastante
considerables, pero le gustaría ser informado en el caso de que alguno de nosotros
localice una conexión energética.
 Con un poquito de suerte, estará justo al lado de una válvula de oxígeno  dijo
Lando en un tono bastante sarcástico . Muy bien... Tenemos un serio problema de
supervivencia. El Vagabundo ha dado dos saltos hiperespaciales, y debemos suponer que
ese segundo salto le ha permitido quitarse de encima cualquier clase de persecución que
haya podido organizar Pakkpekatt. Eso quiere decir que nuestra primera prioridad es
localizar e incapacitar el sistema de hiperimpulsión, y detener esta nave.
 Pero amo Lando... Si averiamos los hiperimpulsores, entonces nos encontraremos
flotando a la deriva en el vacío  protestó Cetrespeó.
 No sabemos cuánto tiempo pasa el Vagabundo en el hiperespacio. Pueden ser
semanas, meses o años. La galaxia tiene ciento veinte mil años luz de diámetro. Estar
flotando a la deriva en el vacío me parece una situación preferible a la actual.
 Amo Lando, ¿no sería más prudente que encontráramos a los dueños de esta nave y
les pidiéramos que nos llevaran de vuelta a Coruscant?
 Cetrespeó, creo que ahora esta nave ha pasado a ser de nuestra propiedad  dijo
Lando . Si queremos sobrevivir, debemos actuar como si nos perteneciera.  Lando fue
indicando sus prioridades con los dedos . En primer lugar, tenemos que encontrar
alguna forma de detenerla. En segundo lugar, debemos averiguar en qué situación nos
deja eso. En tercer lugar, debemos averiguar quién es nuestro amigo más próximo. En
cuarto lugar, debemos dar con alguna manera de enviarles una señal. Si conseguimos
hacer todo eso antes de que Lobot y yo nos quedemos sin aire y de que vosotros dos os
quedéis sin energía, entonces podremos empezar a preguntarnos quién construyó el
Vagabundo y por qué.
 Tal vez tengamos que enfrentarnos a esas preguntas para poder alcanzar nuestros
objetivos  dijo Lobot.
 Tal vez  admitió Lando . Pero ciertas experiencias anteriores me han enseñado
que no necesitas saber gran cosa sobre la maquinaria de precisión para poder destruirla.
 Alzó la mano y señaló con un dedo, primero hacia la izquierda y luego hacia la
derecha , ¿Dónde crees que estarán los hiperimpulsores? ¿A popa o a proa?
 La colocación más eficiente siempre es la más cercana al centro de la masa  dijo
Lobot . Hacia adelante.
Lando asintió.
 Pues vayamos hacia allí.
El coronel Pakkpekatt esperaba impacientemente junto al centro de comunicaciones [ Pobierz całość w formacie PDF ]

  • zanotowane.pl
  • doc.pisz.pl
  • pdf.pisz.pl
  • annablack.xlx.pl
  •