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Todo lo que puede decir Hart acerca del intruso, es que se trataba de un hombre de baja estatura y
probablemente barbudo. En opinión del vigilante los tres actos se deben a una misma persona. No opina del mismo
modo la policía, basándose en el salvajismo del segundo incidente, en el curso del cual fue robado un antiguo ataúd y
destrozada la lápida correspondiente.
El primero de los incidentes, al parecer una tentativa frustrada de enterrar alguna cosa, ocurrió en el mes de
marzo del año pasado y se atribuyó entonces a contrabandistas de bebidas alcohólicas en busca de un escondite para
su alijo. Es muy posible, afirma el Sargento Riley, que este tercer caso sea de naturaleza similar. La policía está
desplegando una gran actividad con vistas a identificar a los responsables de estos sucesos.
Durante todo el jueves, el doctor Willett descansó como si se recobrara de un esfuerzo agotador
o se preparase para una gran prueba. Por la noche escribió una carta al señor Ward, que llegó a manos de
éste a la mañana siguiente sumiéndole en profundas meditaciones. No había podido Ward sobreponerse a
la impresión que le causara el informe de los detectives y a la siniestra «purificación» de la biblioteca, pero
aquella misiva, a pesar de la desgracia que anunciaba y del misterio que la rodeaba, le trajo algo de la calma
que tanto necesitaba.
10 Barnes St.
Providence, R.I.
12 abril, 1928
Querido Theodore:
Me considero obligado a avisarte antes de llevar a cabo lo que voy a hacer mañana, que pondrá punto final al
terrible asunto de que nos venimos ocupando, pues tengo la impresión de que ninguna azada podrá llegar jamás a ese
monstruoso lugar que los dos conocemos. Sé que tu mente no hallará reposo a menos que te asegure que lo que me
propongo hacer representará el final definitivo de todo este misterio.
Me conoces desde que eras niño, de modo que me creerás si te digo que hay cosas que es mejor no investigar
a fondo. Es preferible que no vuelvas a pensar en el caso de Charles e indispensable que no le digas a su madre más de
lo que ella sospecha. Cuando yo vaya a visitarte mañana, Charles se habrá fugado de la clínica. Eso es lo que todos
deben creer. Estaba loco y escapó. Y eso es lo que debes decir poco a poco a su madre cuando dejes de mandarle las
notas mecanografiadas que escribías en nombre de Charles. Te aconsejo que vayas a reunirte con ella en Atlantic City
y te tomes unas vacaciones. Dios sabe cuánto las necesitas después de las impresiones recibidas, y cuánto las necesito
yo también. Por mi parte me propongo pasar en el Sur una temporada para tranquilizarme y reponer fuerzas.
De modo que no me hagas ninguna pregunta cuando vaya a visitarte. Es posible que algo salga mal, pero si es
así no dejaré de avisarte. Espero que no tenga que hacerlo. A partir de mañana no habrá ya motivo de preocupación,
pues Charles estará perfectamente a salvo. Ya lo está, más de lo que te imaginas. No debes temer nada con respecto a
Allen o quienquiera que sea. Pertenece al pasado, como el retrato de Joseph Curwen, y cuando mañana llame a tu
puerta puedes tener la completa seguridad de que ya no existirá tal persona. El que escribió la misteriosa nota tampoco
volverá a molestarte.
Pero debes prepararte para algo muy triste y preparar también a tu esposa. La fuga de Charles no significa
que vayáis a recuperarle. Se ha visto afectado por una terrible enfermedad, como has tenido ocasión de apreciar por los
cambios físicos y mentales que ha experimentado, y tienes que resignarte a no volver a verle. Te queda el consuelo de
saber que no fue ni un malvado ni un loco, sino únicamente un muchacho aficionado al estudio y excesivamente curioso
respecto a materias que encerraban un gran peligro. Descubrió cosas que ningún mortal debe saber, y ésa fue su
desgracia.
Y ahora debo hablarte del asunto más difícil y que exige que deposites en mi toda tu confianza. Dentro de un
año, si así lo deseas, puedes dar a todos la versión que prefieras de cómo murió Charles, porque él no volverá. Puedes
también hacer colocar una lápida en e! Cementerio del Norte, a diez pies de distancia, en dirección oeste, de la de tu
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